Que cultura migro de la region olmeca al altiplano central
La cultura olmeca es una de las más antiguas y misteriosas de Mesoamérica. Se desarrolló en la región costera del Golfo de México, en lo que hoy es Veracruz y Tabasco, a partir del 1200 a.C. y se extendió por todo el sureste de México. Pero, ¿qué cultura migró de la región olmeca al altiplano central?
Para responder a esta pregunta, es importante entender que la cultura olmeca fue la primera en desarrollar un estilo artístico y religioso que influenció a todas las culturas mesoamericanas posteriores. Los olmecas eran famosos por sus enormes cabezas de piedra, sus esculturas de jaguares y sus complejos rituales religiosos.
Sin embargo, la cultura olmeca desapareció alrededor del 400 a.C., y a partir de entonces, muchas culturas diferentes surgieron en toda la región de Mesoamérica.
Una de estas culturas fue la cultura teotihuacana, que se desarrolló en el altiplano central de México alrededor del 200 a.C. La cultura teotihuacana fue una de las más grandes y avanzadas de Mesoamérica, y es famosa por sus enormes pirámides, su arquitectura sofisticada y su complejo sistema de escritura.
Aunque la cultura teotihuacana tenía muchas diferencias con la cultura olmeca, los arqueólogos han encontrado evidencia de que la cultura teotihuacana fue influenciada por la cultura olmeca. Por ejemplo, las cabezas colosales de piedra olmecas fueron encontradas en la zona de Teotihuacán, lo que sugiere que los teotihuacanos estaban familiarizados con la cultura olmeca.
Además, los teotihuacanos también adoptaron algunos de los símbolos religiosos de los olmecas, como el jaguar y la serpiente emplumada. Estos símbolos se convirtieron en elementos clave de la religión teotihuacana y se pueden encontrar en muchas de las obras de arte y arquitectura de la época.
En resumen, Aunque no puede decirse que una cultura migró directamente de la región olmeca al altiplano central, sí es posible afirmar que la cultura teotihuacana fue influenciada por la cultura olmeca. Esta influencia se puede ver en los símbolos religiosos compartidos y en las cabezas colosales de piedra olmecas encontradas en Teotihuacán.
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